Opioides

Sustancias que actúan sobre los receptores opioides del sistema nervioso, reduciendo el dolor y generando efectos sedantes y eufóricos.

Los opioides son una familia de sustancias naturales (como la morfina) o sintéticas (como el fentanilo) que se unen a los receptores opioides del cerebro, bloqueando la sensación de dolor y generando un fuerte efecto sedante. Aunque tienen un alto valor médico en contextos controlados, su uso recreativo implica un elevado riesgo de dependencia física, tolerancia rápida y sobredosis. Se consumen en forma de comprimidos, polvos, líquidos o por vía intravenosa. Algunos, como la heroína o el fentanilo, son extremadamente potentes.

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Efectos

Efectos deseados:

Alivio intenso del dolor físico y emocional
Euforia profunda y sensación de bienestar
Relajación física y mental
Desconexión del entorno o del propio cuerpo
Inducción al sueño o a un estado de letargo placentero

Efectos secundarios:

Náuseas y vómitos
Estreñimiento severo
Pupilas contraídas
Somnolencia extrema o sedación profunda
Dificultad para respirar en dosis elevadas
Confusión, mareo o pérdida de conciencia

Factores que influyen en los efectos:

Tolerancia desarrollada por uso previo
Potencia de la sustancia (no es lo mismo tramadol que fentanilo)
Vía de administración (oral, inhalada, inyectada…)
Mezcla con otras depresoras (alcohol, benzodiacepinas)
Estado de salud general y medicación previa

Riesgos

Riesgos Físicos:

Depresión respiratoria (principal causa de muerte por sobredosis)
Estreñimiento crónico y problemas gastrointestinales
Caídas y accidentes por sedación intensa
Riesgo elevado de sobredosis, especialmente al inyectar o combinar con alcohol
Daños hepáticos o infecciones (uso intravenoso sin higiene)

Riesgos Psicológicos:

Altísimo riesgo de dependencia física y psicológica
Ansiedad, depresión o irritabilidad entre consumos
Dificultad para experimentar placer sin la sustancia (anhedonia)
Síndrome de abstinencia muy intenso y doloroso
Aislamiento social y deterioro de la salud mental

Patologías o condiciones médicas incompatibles:

Insuficiencia respiratoria o asma
Enfermedad hepática o renal grave
Embarazo (riesgo de aborto, parto prematuro o síndrome de abstinencia neonatal)
Trastornos depresivos no tratados
Consumo simultáneo de depresores del sistema nervioso

Especial cuidado con:

Personas con historial de adicción o dependencia
Pacientes con enfermedades crónicas polimedicados
Personas en situación de vulnerabilidad emocional o social

Reducción de Riesgos

Dosis y tipo de sustancia:

Empieza siempre con la dosis mínima efectiva
Nunca uses solo: si ocurre una sobredosis, alguien debe poder ayudarte
Evita consumir opioides de origen desconocido: el fentanilo puede estar presente sin advertencia

Forma de consumo:

Evita inyectar para reducir riesgos de sobredosis y enfermedades infecciosas
No combines con alcohol, benzodiacepinas o GHB
Usa tiras de test de fentanilo si consumes productos no farmacéuticos

Estado mental y entorno:

Consume en lugares tranquilos y con personas que sepan reaccionar en caso de sobredosis
Lleva naloxona disponible si tú o alguien de tu entorno consume
Evita consumir si estás emocionalmente inestable o en momentos de alta carga mental

Frecuencia y tolerancia:

Espacia los usos lo máximo posible para evitar dependencia y tolerancia
Si desarrollas tolerancia, no aumentes la dosis sin supervisión médica
Considera buscar ayuda si sientes que estás perdiendo el control

Salud y control:

Consulta a un profesional si usas opioides con frecuencia, incluso con fines terapéuticos
Haz revisiones médicas si usas opioides legalmente (tramadol, oxicodona, etc.)
En caso de sobredosis: actúa rápido, llama a emergencias y administra naloxona si está disponible