El éxtasis líquido o GHB no es éxtasis, ni es estimulante, ni es una droga de síntesis.
Su apodo puede resultarnos muy engañoso porque el éxtasis líquido no es como el éxtasis normal, que conocemos como MDMA, si no que en realidad es un depresor que químicamente conocemos como Ácido Gammahidroxybutírico o GHB, y además es una sustancia natural presente en el cerebro de todos los mamíferos y en algunas bebidas fermentadas como el Vino y la Cerveza en pequeñas cantidades.
Su uso está autorizando en medicina como somnífero o para tratar el alcoholismo. Durante muchsos años se usó en el mundo del fisioculturismo para mejorar el descanso y aumentar la liberación de hormona de crecimiento. Por eso esta sustancia está incluida en la lista de sustancias dopantes de la Agencia Mundial Antidopaje.
Actualmente también se consume como droga recreativa porque sus efectos se parecen a los del alcohol, siendo más potentes y menos tóxicos a dosis bajas. Por lo que no genera tanta resaca.
El problema es que además de poder inducir ataques epilépticos en algunas personas, es una sustancia muy potente, y delicada y difícil de dosificar. Si se dosifica mal, o se mezcla con alcohol la persona puede acabar mareada, vomitando o incluso dormida en mitad de la pista. Este efecto, alguna vez ha sido aprovechado en agresiones sexuales o en robos. Además, a día de hoy es muy habitual que el GHB que se vende en la calle, sea en realidad GBL que es mucho más potente y tiene más riesgos.
El consumo de cualquier droga legal o ilegal es una actividad de riesgo y está totalmente desaconsejado, pero si decidieses hacerlo: infórmate bien sobre la sustancia, su duración, sus efectos o su dosificación y analiza en servicios de reducción de riesgos como el de Energy Control (España), Kosmicare (Portugal) o Échele Cabeza (Colombia).
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