Mezclar alcohol con MDMA, también conocido como éxtasis, ya sea en su forma de pastillas o de cristales, es una práctica relativamente habitual en contextos de ocio como festivales o discotecas.
Pero, como la mayoría de las mezclas, supone un incremento del riesgo que ya de por sí tienen ambas sustancias por separado. Por ejemplo, puede producir mareo y náuseas, sobretodo al principio de la subida. También puede producir deshidratación y desencadenar incluso un golpe de calor, así como incrementar las probabilidades de llevar a cabo comportamientos de riesgo, de sufrir amnesia, tener una gran resaca al día siguiente o un importante bajón anímico al cabo de unos días.
Aunque esta mezcla no sea de las más peligrosas, si que incrementa el daño y la toxicidad que ambas drogas producen al cuerpo.
Si quieres saber más sobre los riesgos de ésta u otras mezclas, te recomiendo que visites el interactivo Mezclas y Riesgos.
El consumo de drogas legales o ilegales y fármacos conlleva riesgos y no es recomendable. Si decides hacerlo, infórmate bien sobre las sustancias, sus efectos, duración y dosificación, consulta a tu médico y utiliza servicios de reducción de riesgos como Energy Control, Dance Safe, Kosmicare o Échele Cabeza.
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