¿Para que se usan las microdósis de LSD? – The Wild Project #264

Cada vez más populares en ambientes como Silicon Valley, hablamos del uso que se dan a las microdosis de LSD en el podcast de Jordi Wild.

Ver podcast completo aquí.

Transcripción:

Se ha hablado mucho sobre las microdosis de LSD, especialmente en lugares como Silicon Valley, donde algunas personas en universidades las están usando. Las microdosis son dosis tan pequeñas que a priori no deberían producir efectos notables, sino que supuestamente ofrecen beneficios como una mayor eficacia en el trabajo, sin que la persona perciba efectos alucinógenos. ¿Es esto una leyenda urbana, o existe alguna evidencia que respalde estos supuestos beneficios?

Antes de abordar esto, quería añadir algo sobre la pregunta anterior: el MDMA y la psilocibina son las sustancias que actualmente están más cerca de ser aprobadas en Europa y Estados Unidos para usos médicos en trastornos como el PTSD (trastorno de estrés postraumático) y la depresión. De hecho, ya se han aprobado en Australia. La ketamina también está aprobada en Europa desde 2019. En cuanto al LSD, hay una empresa que está investigando su uso terapéutico, pero el LSD tiene el problema de la duración del efecto. Un viaje con LSD puede durar entre 8 y 12 horas, lo que complicaría el trabajo de un terapeuta, ya que sería necesario un seguimiento continuo durante ese tiempo. Para solucionar esto, se están investigando sustancias como la ketanserina, que podría cortar el efecto del LSD a placer.

Volviendo a las microdosis, hay mucha gente que afirma que les ha cambiado la vida: que se concentran mejor, que son más creativos, etc. Sin embargo, la investigación clínica actual no ha confirmado estos efectos. Se han realizado ensayos con placebo en los que las personas que creían haber tomado una microdosis mostraban mejoras en su creatividad y bienestar, pero estos efectos podrían deberse al efecto placebo.

Es posible que las escalas y cuestionarios actuales no sean lo suficientemente sensibles para detectar cambios sutiles en la concentración y el bienestar. Por lo tanto, aunque la investigación no ha respaldado aún estos efectos, no se puede descartar que las microdosis de psicodélicos puedan tener algún beneficio en el futuro.

Algunos estudios han mostrado que dosis bajas de psicodélicos pueden aumentar ligeramente la liberación de BDNF (factor neurotrófico derivado del cerebro), una sustancia importante para la salud neuronal. Esto podría sugerir que, en el futuro, las dosis bajas de psicodélicos podrían utilizarse para fomentar la neuroplasticidad y retrasar la aparición de trastornos neurodegenerativos como el Alzheimer o el Parkinson.

Ahora, sobre las drogas nootrópicas, como el Adderall, que se usan en universidades y otros contextos para mejorar el rendimiento cognitivo, su legalidad y efectividad es un tema complicado. Los nootrópicos, o drogas de la inteligencia, se supone que pueden potenciar ciertas áreas de la inteligencia, como la memoria, la velocidad mental o la creatividad. Sin embargo, generalmente, mejorar una de estas áreas puede ser a costa de otras. Por ejemplo, los estimulantes como el Adderall pueden mejorar la concentración y el rendimiento en tareas repetitivas, pero también pueden causar ansiedad, insomnio y una disminución en la creatividad.

El Adderall y similares son eficaces en el tratamiento del TDAH (trastorno por déficit de atención con hiperactividad), pero también conllevan riesgos. El uso de anfetaminas en este contexto puede llevar a la pérdida de apetito y problemas para dormir. En algunos casos, se utilizan medicamentos que potencian la memoria o la concentración, como los que interactúan con la acetilcolina. La nicotina, por ejemplo, puede mejorar la memoria y la concentración, pero sus riesgos, especialmente cuando se consume como tabaco, son significativos.

En general, los nootrópicos pueden ofrecer mejoras modestas en la cognición, pero sus efectos son a menudo específicos y pueden tener efectos secundarios. Además, su uso para mejorar el rendimiento cognitivo en personas sanas plantea dilemas éticos, especialmente en contextos como las universidades, donde el uso de estos fármacos podría dar ventajas injustas.

En España, por ejemplo, no tenemos Adderall. En su lugar, se utiliza un medicamento llamado Elvanse, que es una forma de dextroanfetamina unida a lisina, que se libera lentamente en el organismo. Esto reduce el riesgo de abuso en comparación con las anfetaminas más rápidas.

Es importante tener en cuenta que el uso de sustancias para potenciar la cognición debe manejarse con precaución, considerando tanto los beneficios como los posibles riesgos asociados.

El consumo de cualquier droga legal o ilegal es una actividad de riesgo y está totalmente desaconsejado, pero si decidieses hacerlo: infórmate bien sobre la sustancia, su duración, sus efectos o su dosificación y analiza en servicios de reducción de riesgos como el de Energy Control (España), Kosmicare (Portugal) o Échele Cabeza (Colombia).

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