Efectos sobre la presión arterial y el sistema cardiovascular: Tanto la meprednisona como el MDMA pueden aumentar la presión arterial. El MDMA puede inducir hipertensión debido a su acción sobre la liberación de neurotransmisores, mientras que la meprednisona también tiene un efecto secundario conocido de elevar la presión arterial. La combinación de ambos podría incrementar el riesgo de hipertensión y afectar negativamente el sistema cardiovascular.
Riesgo de deshidratación y sobrecalentamiento: El MDMA puede causar deshidratación y aumentar la temperatura corporal, especialmente cuando se usa en ambientes calurosos (por ejemplo, en fiestas o clubes). La meprednisona, al inducir retención de líquidos y alterar el equilibrio de electrolitos, puede hacer que el cuerpo sea menos capaz de manejar la deshidratación o el sobrecalentamiento.
Efectos sobre el sistema inmunológico: La meprednisona tiene efectos inmunosupresores, lo que significa que reduce la capacidad del cuerpo para luchar contra infecciones. El MDMA puede aumentar el riesgo de infecciones al alterar el sistema inmunológico de manera indirecta. Combinarlos puede aumentar la vulnerabilidad a infecciones.
Riesgos psicoemocionales: El MDMA puede alterar el estado mental, causando ansiedad, paranoia o psicosis en algunos casos. La meprednisona también puede afectar el estado de ánimo, causando cambios emocionales como irritabilidad, ansiedad o depresión. La combinación de ambos podría agravar estos efectos psicoemocionales.