Potenciación de los efectos psicodélicos: Los IMAOs inhiben la enzima monoaminooxidasa, que normalmente descompone la DMT en el sistema digestivo y en el cerebro. Cuando se combinan, los IMAOs permiten que la DMT permanezca activa y en concentraciones más altas en el cuerpo durante más tiempo, intensificando significativamente sus efectos psicodélicos. Aunque esta potencia puede ser deseada en ciertas prácticas, el aumento de la intensidad de los efectos aumenta también los riesgos de reacciones adversas.
Riesgo de síndrome serotoninérgico: Tanto la DMT como los IMAOs afectan los niveles de serotonina en el cerebro. La DMT, al ser un potente agonista de los receptores de serotonina, aumenta la liberación de serotonina, y los IMAOs inhiben su degradación. Esto puede llevar a una acumulación peligrosa de serotonina en el cerebro, lo que puede desencadenar un síndrome serotoninérgico, una condición potencialmente fatal caracterizada por síntomas como fiebre alta, confusión, temblores, aumento de la presión arterial y convulsiones.
Riesgo cardiovascular: Al igual que otros psicodélicos, la DMT puede causar un aumento temporal en la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Los IMAOs también pueden tener efectos sobre la presión arterial, lo que aumenta el riesgo de una crisis hipertensiva, especialmente en personas que ya tienen problemas cardiovasculares o que no son conscientes de cómo sus cuerpos pueden reaccionar a esta combinación.
Efectos psicológicos intensificados: La DMT es conocida por inducir experiencias psicodélicas extremadamente intensas, que incluyen alteraciones profundas en la percepción, la conciencia del yo y la percepción del tiempo. Combinado con los efectos de los IMAOs, este efecto puede ser aún más abrumador, lo que puede llevar a experiencias psicológicas difíciles de manejar, ansiedad extrema, o incluso desencadenar trastornos psicológicos en personas vulnerables.