Efectos sobre el sistema nervioso central: La cortisona puede causar cambios en el estado de ánimo, como ansiedad, irritabilidad o insomnio, especialmente si se usa en dosis altas o por períodos prolongados. Sin embargo, estos efectos no son tan pronunciados en su uso ocasional. El LSD es un potente alucinógeno que afecta los niveles de neurotransmisores, particularmente la serotonina, y puede alterar la percepción sensorial, las emociones y el pensamiento. Los efectos incluyen alucinaciones, cambios en la percepción del tiempo, ansiedad, paranoia y, en algunos casos, trastornos psicológicos o de comportamiento. Combinados, la cortisona y el LSD podrían potencialmente intensificar los efectos psicológicos del LSD. La cortisona podría hacer que una persona sea más vulnerable a los efectos negativos del LSD, como la ansiedad, la paranoia o la alteración emocional.
Efectos sobre la salud mental: En algunas personas, el uso prolongado de cortisona puede causar efectos psicológicos como depresión, ansiedad, irritabilidad y, en casos extremos, trastornos del ánimo. Esto se debe a su impacto sobre los niveles de glucosa y otros procesos metabólicos en el cerebro. El LSD tiene efectos significativos sobre el estado de ánimo y la percepción, y puede provocar episodios de ansiedad, paranoia o «bad trips». Estos efectos pueden ser intensificados en personas que ya están tomando medicamentos que alteran su estado emocional o mental. La combinación de cortisona y LSD puede agravar los efectos psicológicos de la droga, haciendo que el usuario sea más susceptible a experiencias negativas, como la ansiedad o la paranoia.
Efectos sobre el sistema cardiovascular: La cortisona puede aumentar la presión arterial y causar retención de líquidos, lo que puede ser problemático si se usa a largo plazo o en dosis altas. El LSD puede también aumentar la frecuencia cardíaca y presión arterial, debido a sus efectos sobre el sistema nervioso simpático. Aunque estos efectos no suelen ser peligrosos en personas sanas, pueden ser problemáticos si la persona tiene antecedentes de enfermedades cardiovasculares. La combinación de cortisona y LSD podría aumentar los efectos cardiovasculares, lo que puede ser problemático, especialmente si hay afecciones preexistentes como hipertensión o problemas cardíacos. Además, los cambios rápidos en la presión arterial provocados por el LSD pueden potenciar los efectos secundarios de la cortisona.
Efectos sobre el metabolismo y la glucosa: La cortisona puede aumentar los niveles de glucosa en sangre, lo que es especialmente relevante para las personas con diabetes o problemas metabólicos. A largo plazo, puede contribuir a la ganancia de peso y otros trastornos metabólicos. Aunque el LSD no tiene efectos directos sobre el metabolismo de la glucosa, su uso puede alterar el apetito y los hábitos alimenticios, lo que podría tener un impacto indirecto en el control de la glucosa en algunas personas. En personas con diabetes o problemas metabólicos, la combinación de cortisona y LSD podría complicar el control de la glucosa, especialmente si el LSD provoca cambios en el comportamiento alimenticio o la percepción de hambre.
Efectos sobre la percepción y la coordinación: Aunque no tiene un efecto directo sobre la percepción sensorial, la cortisona puede afectar la memoria y la concentración en algunas personas, especialmente a largo plazo. El LSD altera profundamente la percepción, el sentido del tiempo, las emociones y la coordinación motora. La experiencia de los efectos del LSD puede ser impredecible y puede afectar gravemente la capacidad de una persona para realizar actividades normales o tomar decisiones racionales. La combinación de cortisona y LSD podría generar una experiencia aún más confusa o perturbadora en términos de la percepción y la capacidad para manejar las situaciones cotidianas, especialmente si se usan dosis altas de ambos compuestos.