Desmintiendo mitos del LSD – Trippers #22

Desmentimos mitos y hablamos de la historia del LSD en el podcast Trippers.

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Transcripción:
(…) Y mira, es interesante lo que has dicho porque yo, por ejemplo, preparando esta charla, conocí y leí sobre la historia de Timothy Leary, pero yo no lo vi, o por lo menos los artículos que yo leí no lo vi como un enfoque al enemigo del LSD, pero como tú lo has comentado, sí que ha quedado muy claro que al final fue en contra del establishment, fue en contra del gobierno. Y obviamente yo no leí ese extremismo que lo llevaron a que decían que los niños en el colegio tenían que tomar el LSD, que me parece una locura, pero sí que entendí toda la parte de detrás de la comunidad hippy cuando se reunían entre ellos. Supongo que también que le despidieran de Harvard fue algo que le tocó mucho y como que se se reveló.

A mí me gustaría hablar un poco de los efectos, porque hemos hablado que el LSD sí que inyecta esa empatía universal, paz y amor, movimiento hippy. Pero y tú has dicho que no es tanto así, que sí pero que no es a lo extremo, pero yo he visto mucho tema de cómo ha cambiado la vida en gente famosa y celebridades el LSD y es algo increíble. O sea, por ejemplo, este eh, biólogo famoso, Craig Miller o Cy Miller, que inventó Mullis Kary Mullis, que inventó el PCR, el PCR, el PCR, eh, y fue Premio Nobel por ello, y que yo desde mi punto de vista revoluciona la biología como la entendemos hoy gracias a eso, porque es una locura la invención. Él lo dijo en un artículo y en rueda de prensa dice: «Yo jamás hubiese sido capaz de descubrir esto si no hubiese sido por el LSD». Y no solo eso, o sea, se dice es una quote famosa: «Están los Beatles antes del LSD y están los Beatles después del LSD» a nivel creativo, a nivel de videoclip, a nivel de cómo componen, cómo cantan. O sea, es real que el LSD te cambia por completo la forma en la que piensas y a dónde puedes llegar con él. Porque bueno, el Premio Nobel para mí es el ejemplo más claro.

Sí, a ver, yo no he dicho que no sucediese ese tipo de experiencias o ese tipo de cambios, porque porque suceden. Lo que he dicho es que no es una cosa matemática que suceda siempre. Es decir, debemos evitar caer en el error de pensar que siempre que ve una persona consume un psicodélico automáticamente se va a convertir en una persona superabierta, superamorosa, con mayor sentido de la empatía, con mayor bienestar personal. Es decir, puede pasar, obviamente, y de hecho estamos consiguiendo que en ensayos clínicos, en enfoques terapéuticos, en el uso más controlado, incluso en el uso más tradicional o chamánico en algunos casos, de estas sustancias, se consigue que produzcan este tipo de efectos. Pero no es un efecto matemático y por tanto no creo que siempre se produzcan este tipo de efectos. Ahora bien, como tú bien has dicho, es habitual que este tipo de cosas sucedan, sí, pero no siempre es eso a lo que me refería.

Claro, pero o sea, por ejemplo, a nivel de estadística, por ejemplo, hay un canal de YouTube que se llama Big Think, no sé si tú lo has visto, que me encanta, es de mis canales favoritos, y hay varios vídeos de psicodélicos que el Dr. Matthew Johnson está hablando, que es un bueno, es un doctor que colabora con Hopkins y es investigador de la John Hopkins University en Baltimore en Estados Unidos, y él habla de que tiene este vídeo, bueno, es un vídeo de 11 minutos, pero tiene un clip de 4 minutos dentro de ese vídeo de 11 que me parece muy relevante sobre lo que estamos hablando, que él cuenta que sí que se han hecho muchísimas pruebas a nivel estadístico de cómo los antidepresivos a nivel de Salud Mental, que además es lo que comenta que la sociedad está viviendo una crisis de Salud Mental hoy en día importante, y cómo la mayoría de ellos se trata o se cura entre comillas a través de antidepresivos, y estadísticamente se ha comprobado que no ha ayudado. Y sin embargo, el pequeño porcentaje de personas que se han tratado este tipo de trastornos, depresiones, con LSD, muchas de ellas, la mayoría a nivel porcentual, sí que han mejorado sus vidas. Es más, él decía por ejemplo que a nivel estadístico, eh, los que lo hemos comentado antes, el doctor entabla una relación de semanas o de meses con el paciente primeramente antes de de tomar esta primera sustancia, porque como hemos dicho, el LSD puede provocar un viaje muy intenso de emociones fuertes, pero al establecer una relación terapéutica previa, cuando los pacientes salen de estas sesiones y se les pregunta cómo se han sentido, la mayoría responde que ha sido una de las experiencias más relevantes y significativas de su vida, comparable a la muerte de un padre o al nacimiento de un hijo. Es decir, las emociones que genera son muy fuertes, tanto positivas como negativas.

Cabe destacar que Matthew Johnson y el grupo de investigación de la Universidad Johns Hopkins, al igual que la mayoría de los grupos de investigación actuales, trabajan principalmente con psilocibina (no con LSD) por su menor tiempo de acción, lo que la hace más manejable en terapia. Una persona que toma LSD en terapia experimenta un viaje de varias horas, requiriendo varios terapeutas que hagan turnos. En cambio, con la psilocibina, en una jornada laboral de 8 horas, se da tiempo suficiente ya que sus efectos suelen durar entre 4 y 6 horas.

Como bien has dicho, Matthew Johnson tiene una estrecha relación con la historia de los psicodélicos. Tras la prohibición internacional a raíz del movimiento contracultural y la guerra de Vietnam, y la posterior «guerra contra las drogas» liderada por Richard Nixon, se extendió la idea errónea de que estas sustancias eran peligrosas, ignorando su potencial terapéutico. Afortunadamente, a principios del milenio, al observar el aumento de los trastornos mentales en la sociedad occidental, y la limitada eficacia de los tratamientos convencionales, se retomó la investigación de los psicodélicos.

Gracias a las modernas técnicas de neuroimagen, como la resonancia magnética funcional y el EEG, podemos comprender mejor los efectos de estas sustancias en el cerebro. Además, durante las décadas de prohibición, se siguió generando conocimiento sobre su uso a nivel «underground», y los propios usuarios recreativos han aportado información valiosa.

Actualmente, la investigación clínica con psicodélicos está en auge debido a la necesidad de nuevas soluciones para los problemas de salud mental. Es alarmante que los trastornos mentales se hayan convertido en la principal causa de incapacidad a nivel mundial, por delante de enfermedades infecciosas.

Los resultados de los estudios clínicos con psicodélicos son muy prometedores. Se ha observado que personas que han tomado estas sustancias en un ensayo clínico las consideran como la experiencia más significativa y relevante de su vida, incluso por encima de la muerte de un padre o el nacimiento de un hijo. Esto demuestra el potencial que tienen los psicodélicos para abrir ventanas de cambio en las personas.

Además de inducir experiencias significativas, los psicodélicos poseen tres mecanismos de acción únicos:

  • Potencian la neuroplasticidad: Aceleran la adaptación y el cambio en las personas, permitiendo que un proceso terapéutico que normalmente duraría años pueda completarse en pocas semanas.
  • Promueven la integración de experiencias: Facilitan la comprensión y el procesamiento de las experiencias vividas durante el viaje psicodélico, maximizando su valor terapéutico.
  • Generan cambios duraderos: Las experiencias con psicodélicos no se olvidan fácilmente, y los cambios producidos suelen ser duraderos.

En resumen, los psicodélicos, utilizados en un contexto terapéutico adecuado, pueden ser una herramienta poderosa para el tratamiento de diversos trastornos mentales. Su potencial para transformar vidas es significativo, y la investigación en este campo continúa avanzando a pasos agigantados.

El consumo de drogas legales o ilegales y fármacos conlleva riesgos y no es recomendable. Si decides hacerlo, infórmate bien sobre las sustancias, sus efectos, duración y dosificación, consulta a tu médico y utiliza servicios de reducción de riesgos como Energy Control, Dance Safe, Kosmicare o Échele Cabeza.

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