De las siete familias de drogas psicoactivas de la rueda, hoy vamos a hablar de las Drogas Psicodélicas:
Son aquellas sustancias que antiguamente llamábamos alucinógenas o enteógenas, y que producen cambios muy marcados en la percepción, el pensamiento y las emociones… generando estados alterados de consciencia y experiencias muy intensas, a las que se conoce como «viajes».
Hablo de sustancias como la LSD (también llamada ácido o tripi), la psilocibina de las setas mágicas (psilocybe cubensis), la dimetiltriptamina de la ayahuasca (DMT), la 5-MeO-DMT del sapo Bufo Alvarius o la mescalina de los cactus de San Pedro o Peyote (wachuma)… Hay otras sustancias que también tienen propiedades psicodélicas como pueden ser la MDMA o éxtasis, que es un empatógeno-entactógeno o la Ketamina, que es un disociativo, pero éstas últimas tienen particularidades que las hacen estar en otras categorías de la rueda.
A lo largo de la historia los psicodélicos se han usado mucho en ámbitos espirituales, chamánicos y medicinales, pero en occidente hasta hace muy poco no hemos redescubierto su potencial terapéutico en el tratamiento de trastornos mentales como la depresión, ansiedad, estrés postraumático o adicciones, en un proceso científico bautizado como el renacimiento psicodélico, del que hablo en profundidad en mi libro «Guía esencial del Renacimiento Psicodélico» (Ed. Argonowta)
Curiosamente, esta familia de drogas no tiene potencial adictivo ni apenas toxicidad.
Los principales riesgos de su uso son psicológicos, como:
– «Mal viaje» o experiencia difícil, normalmente producida por una inadecuada preparación y contexto para la experiencia
– O, en aquellas personas que sufran de predisposición a la psicosis, bipolaridad o esquizofrenia, existe el riesgo de sufrir un brote.
La única forma de evitar totalmente estos riesgos es no consumir nada, pero si se consume un psicodélico, para reducir sus riesgos psicológicos es importante:
– Informarse muy bien sobre la sustancia, dosificación, duración, efectos, y analizarla en servicios de análisis como Energy Control, Échele Cabeza o Kosmicare.
– Prepararse mentalmente para la experiencia y buscar un lugar tranquilo, seguro y en el que se esté a gusto.
– Elegir un día en el que nos encontremos bien y tener siempre la compañía de una persona que sea experimentada en su manejo.
– Por supuesto no consumir si se está mal, o si se tienen antecedentes personales o familiares de psicosis, bipolaridad o esquizofrenia.
El consumo de drogas legales o ilegales y fármacos conlleva riesgos y no es recomendable. Si decides hacerlo, infórmate bien sobre las sustancias, sus efectos, duración y dosificación, consulta a tu médico y utiliza servicios de reducción de riesgos como Energy Control, Dance Safe, Kosmicare o Échele Cabeza.
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¡Nos vemos!