Efectos sinérgicos: No hay evidencia de que meprednisona y paracetamol tengan efectos sinérgicos significativos. Es decir, no se espera que uno potencie los efectos del otro de manera significativa.
Riesgo hepático: Aunque no existe una interacción directa grave entre meprednisona y paracetamol, el uso crónico de meprednisona puede afectar la función hepática en algunas personas. Dado que el paracetamol se metaboliza en el hígado, es importante no exceder la dosis recomendada, especialmente en personas con problemas hepáticos o que consumen alcohol regularmente.
Riesgo cardiovascular: Si bien el paracetamol no tiene efectos sobre la presión arterial, es importante recordar que meprednisona puede aumentar la presión arterial y causar retención de líquidos. En combinación, es recomendable monitorear cualquier posible aumento de la presión arterial.