Riesgo gastrointestinal: Ibuprofeno es conocido por su potencial para irritar la mucosa gástrica, lo que puede llevar a úlceras gástricas o sangrados gastrointestinales, especialmente cuando se toma durante períodos prolongados o en dosis altas. Aunque la paroxetina no tiene un efecto directo sobre el tracto gastrointestinal, los ISRS (como la paroxetina) pueden aumentar el riesgo de sangrados. Esto ocurre porque los ISRS pueden interferir con la función plaquetaria (disminuyendo la capacidad de las plaquetas para agregarse y formar coágulos), lo que incrementa el riesgo de sangrados, especialmente cuando se combinan con medicamentos que ya afectan la mucosa gástrica, como el ibuprofeno.
Riesgo de sangrado: La combinación de paroxetina y ibuprofeno puede aumentar el riesgo de sangrado, tanto gastrointestinal como en otras áreas del cuerpo. Esto es especialmente relevante si se usan durante períodos prolongados o en dosis altas. Las personas que toman paroxetina deben ser cautelosas al usar ibuprofeno de manera regular o en dosis altas, ya que ambas sustancias juntas pueden incrementar la posibilidad de efectos adversos relacionados con el sangrado.
Efectos sobre los riñones: El uso prolongado o excesivo de ibuprofeno puede afectar la función renal. Aunque la paroxetina no está directamente relacionada con problemas renales, la combinación de ambos medicamentos podría potencialmente aumentar el riesgo de efectos adversos en los riñones, especialmente si la persona tiene condiciones preexistentes.
Efectos sobre el sistema cardiovascular: El uso prolongado de ibuprofeno en dosis altas también puede estar asociado con un mayor riesgo de efectos cardiovasculares, como hipertensión, insuficiencia cardíaca o problemas relacionados con la circulación. Aunque la paroxetina no tiene efectos directos sobre la presión arterial o el sistema cardiovascular, su combinación con ibuprofeno podría incrementar el riesgo de complicaciones si se usan de manera conjunta y prolongada.