Efectos sobre los niveles de glucosa: El cannabis puede afectar el metabolismo de la glucosa. Algunos estudios sugieren que el THC puede aumentar el apetito, lo que podría influir en los hábitos alimenticios y, por ende, afectar los niveles de glucosa en sangre. La metformina, al ser un medicamento para la diabetes, actúa reduciendo los niveles de glucosa en sangre. Si el cannabis induce un aumento en el apetito (lo que puede llevar a un aumento en la ingesta de alimentos), esto podría generar fluctuaciones en los niveles de glucosa que deben ser monitoreadas, especialmente en personas con diabetes tipo 2.
Efectos sobre el sistema cardiovascular: El cannabis puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial, lo que podría generar un estrés adicional sobre el sistema cardiovascular. Aunque la metformina no afecta directamente la presión arterial, el uso de cannabis en personas con diabetes, que ya tienen un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, podría poner una mayor carga sobre el sistema.
Efectos sobre la función renal: La metformina puede afectar la función renal, especialmente en personas con insuficiencia renal o problemas renales preexistentes. Aunque el cannabis generalmente no está asociado con efectos adversos graves sobre los riñones, el consumo excesivo de cannabis puede alterar el equilibrio de fluidos y electrolitos, lo que podría poner en riesgo la función renal, especialmente si se tiene un historial de problemas renales.
Posibles efectos sobre la absorción de la metformina: El cannabis podría alterar la digestión o los procesos gastrointestinales en algunas personas, aunque este efecto es leve y no se espera que interfiera significativamente con la absorción de la metformina.
Riesgos psicológicos: El cannabis puede inducir efectos como ansiedad o paranoia en algunas personas, lo cual podría ser incómodo o problemático para aquellas que toman metformina y tienen dificultades para manejar el estrés metabólico o psicológico relacionado con su diabetes. También puede generar alteraciones en la percepción y el juicio, lo que podría ser problemático en situaciones donde la persona necesite tomar decisiones relacionadas con su salud, como el manejo de la glucosa o la ingesta de alimentos.