Contradicción en los efectos cardiovasculares: La cafeína puede aumentar la frecuencia cardíaca y la presión arterial debido a la estimulación simpática, mientras que el metoprolol actúa para reducir estos parámetros.
En la mayoría de los casos, el metoprolol puede mitigar parcialmente los efectos de la cafeína, pero en individuos sensibles, podría no ser suficiente para contrarrestar por completo un aumento significativo de la frecuencia cardíaca o la presión arterial.
Posible disminución de la eficacia del metoprolol: La cafeína puede antagonizar algunos de los efectos del metoprolol, especialmente en dosis altas de cafeína, al estimular el sistema simpático. Esto podría reducir la efectividad del metoprolol en el manejo de condiciones como la hipertensión o la angina.
Riesgo de síntomas de sobreestimulación: En individuos que ya son sensibles a la cafeína, el consumo en combinación con metoprolol podría provocar efectos secundarios como palpitaciones, temblores, nerviosismo o ansiedad.
Posibles efectos sobre el metabolismo del metoprolol: La cafeína y el metoprolol se metabolizan en el hígado por enzimas de la familia CYP450. Aunque no suelen interferir significativamente, en personas con metabolismo alterado, la cafeína podría afectar los niveles plasmáticos del metoprolol o viceversa.