Efectos sobre el hígado: El principal riesgo asociado con el paracetamol es el daño hepático, especialmente cuando se toma en dosis altas o se combina con alcohol. Metformina no tiene un impacto directo en el hígado de manera significativa. Sin embargo, algunas personas pueden tener problemas hepáticos subyacentes debido a su condición de diabetes o por otros factores. Aunque no hay interacciones directas graves entre metformina y paracetamol, si se tiene una función hepática comprometida, se debe tener cuidado al usar paracetamol en dosis elevadas o durante un largo periodo.
Riesgo de acidosis láctica: La acidosis láctica es un efecto secundario raro pero grave asociado con la metformina, que se da especialmente en personas con problemas renales o hepáticos. El paracetamol no afecta directamente el riesgo de acidosis láctica, pero si se toma en grandes cantidades, puede afectar la función hepática y empeorar el riesgo de acidosis en algunas personas con condiciones médicas preexistentes.
Efectos gastrointestinales: Ni la metformina ni el paracetamol tienen efectos gastrointestinales graves cuando se combinan. La metformina puede causar algo de malestar estomacal o diarrea, pero generalmente estos efectos son leves. El paracetamol no suele causar problemas gastrointestinales.